Se me ha infectado la muela del juicio? Estos son los sntomas

Publish date: 2024-06-09

Al igual que dar las gracias, lavarnos las manos o pedir las cosas seguidas de un “por favor”, cepillarnos los dientes al menos tres veces al día es una de las reglas básicas que cumplimos prácticamente desde que tenemos uso de razón. La higiene bucodental es uno de los pilares que sostienen un estilo de vida saludable. Las visitas al dentista o llevar ortodoncia son algunos de los pasos por los que hemos pasado la mayoría con un mismo objetivo: que nuestros dientes gocen de una buena salud, que a veces se puede ver alterada con la caída y salida de estas pequeñas piezas óseas. En este sentido, las conocidas como muelas del juicio son las últimas en hacer acto de presencia. 

“Cada tipo de diente tiene un periodo de erupción. Es cierto que, para los terceros molares o muelas del juicio, ese periodo se retrasa en unos cinco o siete años desde que han erupcionado los segundos molares definitivos”, explica Óscar Castro Reino, presidente del Consejo General de Dentistas, quien agrega que para que estos molares puedan salir, “necesitan que exista suficiente espacio a nivel de la mandíbula y del hueso maxilar”.

A pesar de que es extendida la creencia de que las muelas del juicio no sirven para nada, lo cierto es que cumplen la misma función que el resto de molares, es decir, la de masticar y triturar los alimentos. “Cuando están sanas y bien erupcionadas, la persona cuenta con tres molares en cada hemiarcada (la mitad de un arco dental), lo que aumenta la superficie de masticación”, detalla Castro. 

Por lo tanto, los expertos no recomiendan quitar a toda costa los terceros molares, pues solo será necesario en determinadas situaciones. Castro aclara que hay dos grandes causas que justifican la extracción de estos dientes: “Una de ellas es por presentar una caries profunda que, incluso, puede provocar dolor al alcanzar la pulpa del diente (tejido blando localizado en el interior del diente) o estar próxima a ella”. La otra razón, que afecta a más gente, es la falta de espacio, “lo que puede originar que el tercer molar vaya empujando al molar que está al lado, pudiendo dañar su raíz”, indica el experto. En algunos casos, agrega, existe tan poco espacio que la muela del juicio “no consigue erupcionar y queda retenido en el hueso, algo que puede generar un quiste”.

¿Por qué se pueden infectar las muelas del juicio?

La principal infección relacionada con los terceros molares es la llamada pericoronaritis, una inflamación de los tejidos blandos que rodean a la corona del diente cuando está en su proceso de erupción. Factores como que no haya suficiente espacio para que la muela salga o que esta irrumpa de forma inclinada y choque con el diente de al lado hacen que cuando el tercer molar perfora la encía, restos de comida penetren en el hueco. La mala higiene desencadena así un proceso infeccioso

El experto consultado por CuídatePlus apunta los principales síntomas que indican que se ha producido una infección de las muelas del juicio:

Castro advierte que en casos extremos, puede asociarse con malestar general y fiebre; y que en ocasiones, “el paciente sufre trismus (limitación en la apertura bucal) y dificultad en la masticación”. En cuanto a la encía, el dentista subraya que, a nivel local, “se produce un enrojecimiento e inflamación, normalmente limitado a la zona que rodea el tercer molar. A veces, la infección origina pus”.  

¿Se puede extraer una muela del juicio infectada?

En términos generales, no está indicada la extracción en la fase aguda del cuadro infeccioso. Sin embargo, “el profesional podrá optar por realizar un drenaje o un desbridamiento, recomendar el uso de colutorios y prescribir medicación sistémica si lo estima indicado”, aclara Castro. 

Cómo tratar la infección

El proceso infeccioso se tratará según lo requiera cada situación, dependiendo de si existe o no absceso asociado, de la edad del paciente y de su condición médica general. “Casi siempre se suele prescribir el uso de analgésicos y antiinflamatorios, además de medidas locales como colutorios (por ejemplo, clorhexidina o suero salino). La prescripción o no de antibióticos viene determinada por la presencia de fiebre, malestar general, inflamación, celulitis o trismus”, destaca Castro.

Por último, el experto recuerda que “es muy importante que el paciente consulte al dentista y no se automedique. El tratamiento definitivo, normalmente, suele ser la extracción del molar”.

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